viernes, 23 de septiembre de 2011

"Señor Rubalcaba, dice usted"

Residencia "Ya verás lo bien que vas a estar aquí"

(Cuento)


Me dicen que mi Alfredito ha dicho que lo llamen, "Señor". "¡Si no me extraña! Ya en casa, al servicio nos decía que, no le llamáramos "Alfredito", sino, "sito Alfredo" y es que mi "Alfredito" era todo un señorito. ¡Ay! ¡Lo bien que vestía! Aunque, bueno, yo siempre le decía que tenía que enderezarse la corbata y no ponerse la "trenca", esa todo arrugada. Sí, la de pelo de camello, la "burberis" como el la llamaba". Y el, me decía: "¡Sí! ¡Para que piensen que soy un hortera! La corbata hay que llevarla como si estuvieras aburrido de ponértela, María, qué tu no entiendes de eso! ¡Anda! Dale un repaso a "los Castellanos" para que estén bien brillantes, que, hoy no me da tiempo de que me los limpie Manolo,"el Limpia". "Sí, que hoy he quedado. Sí, con unos de los tuyos, en la cervecería". Y yo, le decía: "Sí, Alfredito, digo, "sito Alfredo": Con la labia que tienes y esos movimientos de manos, tal pareces un "menistro", como el de la Aviación. Sí, ese que es amigo de el señor. De tu padre,sí."

¡Ay! ¡Alfredo, Alfredo! A unos se les ve el pelo de la dehesa y a otros los zapatos de Castellanos. ¡Sí, hombre! ¡Los de la tienda de enfrente del "Cole"! ¡Pilarista! ¡Qué eres un pilarista! Bueno, "niños de Serrano" os llamábamos los "rojos de los de los jesuitas". Trenca "Burberry". Corbata y mocasines. "Sito Alfredo", para el servicio en casa, "compañero Alfredo", para los que subían a verte a la cervecería "Santa Bárbara" desde Orcasitas, los sábados al mediodía. "N…, n…, no. Con los de la "gauche divine" quedabas en el "Pub", el de "Santa Bárbara". S… ,s… , sí. por la noche" ¡Sí, hombre! ¡A ver quién era la pardilla de los "cocos", que caía esa noche!

–"¡Salud, compañero!" – "Siempre a tus órdenes, apañero, menistro"

–¡Benito! ¡Benitoooo! ¡¿Dónde andas?! ¡Abreme el portal de una puñetera vez!

–¡Va! Sito Alfredo. ¡Vaaa! ¡Me cágüen los siñoritos!

martes, 16 de noviembre de 2010

Esto es lo que hace el catus de mi ventana


María, la señora que viene a limpiarme la casa, (sí, me limpian la casa, ¿qué pasa? ¿qué no? Bueno, ¡pues eso!), como decía, María, ucraniana ella, como de unos 50, es algo así como un bollo recién sacado del horno. Muy suya, eso sí. Lleva unos siete años en España y habla un español, bueno, bastante mejorable. Da igual, ella limpia, ordena las cosas (¡ay!) y me trae, de vez en cuando, tapetes, tapetitos; redondos, cuadrados, según sea para una mesa o un rinconcillo. Me pone estampitas de la Virgen o del Sagrado Corazón en la estantería que tengo en mi cuarto. ¡Quiere pintarme la casa! Dice que como fumo tanto, pues que está ahumada (bueno, esto es lo que la entendí después de un buen rato de charla en el lenguaje de signos (casi)). En fin, a lo que iba, entre las cosas que me trae y coloca según su idea de como decorar la casa de un "desastre de hombre solo", pues ha traído plantas, tanto vivas como de plástico, que ha puesto en mesitas, rincones y en los alféizares de las ventanas. Muy bonitas. Pero entre ellas trajo un cactus que parecía algo así como unas hojas de lechuga gordas y ya un poco pasadas. Nunca he criticado ninguna de sus iniciativas. ¡Dios me libre! ¡Pero si me tiene la casa como los chorros del oro! Así que, esta tampoco. Y menos mal, porque a los pocos meses, era casi verano, vi en la ventana esto:
Ella es así, como un cactus al que nunca echarías una segunda mirada.
¡Y vaya, lo que te perderías!

lunes, 25 de octubre de 2010

Lillette Gobin. Juventud, personalidad. Una artista

Estos días he descubierto que tengo una vecina que es toda una artista, Lillette Gobin, (aquí os muestro un ejemplo de su trabajo) y digo toda una artista porque sólo tiene 22 años y sin embargo, ya tiene estilo propio. No cabe duda que está impregnado de actualidad, y que podría recordar a otros ya consagrados, aun así, y precisamente porque su juventud la podía haber llevado a la copia, sin más, de otros, ella ha sabido trasmitir su personalidad, su madurez, e interpretar las tendencias de su generación, sin miedo a mostrar su punto de vista.
Creo que merece una mirada más atenta de quienes tienen la posibilidad de apoyarla.
¡Ánimo Lillette!
No dejes a nadie cambiar tu arte para interpretar una realidad tan burda, tan carente de matices en la que vivimos y a la que tu sabes encontrar inteligencia, ternura, sofisticación. Belleza.

sábado, 10 de abril de 2010

Blues en el ático

Hoy he tenido para comer roast-beef y yorkshire pudding de Rosemary Joy, (Rosy, she says). ¡Excelente! Absolutty british! Esta mujer cocina como los ángeles, claro que nació en Escocia y no en la vieja Inglaterra.

domingo, 1 de marzo de 2009

Paté de higaditos de la abuela Isaurita















Este paté lo hago sólo una vez al año, para la comida del día de Navidad. Era el que hacía mi madre para ese día, desde el año 1966 (circa), hasta que murió en 1988 (un mes antes de morir su marido). Ese primer año sin élla, sin éllos (¡ay!), cada hijo (somos siete), preparó uno de los platos o aperitivos de la comida de Navidad, a mi me tocó el paté, pues tenía la receta que élla misma me había dado tiempo atrás y, que por cierto, me pedía los últimos años, pues decía que no la recordaba bien. -¡Pero mamá, si es tu receta! -¡Ya, hijo, pero no me acuerdo!
Y así hemos seguido haciéndolo año tras año. Diréis, entonces, porqué no lo llamo "el paté de mamá", pues porqué 21 años después de seguir con la tradición, los primeros que no me perdonarían si dejara de hacerlo serían sus nietos, 16(!).
Así que, aquí va la receta, pues seguro que alguno querrá seguir con la tradición (¡¡¡Cuándo le toque. ¿Vale?!!!)
Receta del paté de higaditos de la abuela Isaurita para la comida de Navidad
(Cómo para unos treinta)
Ingredientes:
2 kilos de higaditos de pollo
Una cebolla grande o dos medianas
Una terrina de queso semicurado marca President
Una hoja de laurel
250 gramos de mantequilla (algo más)
8 trufas negras(cuatro botecitos)
Canasta Cream
Torres 5
Sal
Pimienta negra
Nuez moscada
Preparación:
Necesita, al menos, 24 horas de nevera, es decir, prepararlo la mañana del día de Nochebuena, como muy tarde.
Primero: Todos los ingredientes en la mesa de la cocina para que no se olvide ninguno.
Segundo: Una tartera grande o una sartén muy grande. Minipimer. Recipientes varios.
Tercero: y esto es lo peor. ¡Hay qué limpiar los higaditos!
Para ésto es esencial: Buena música de fondo. Un gintonic o similar para el cocinero. Mucha paciencia.
Con unas buenas tijeras de cocina quitar telillas, venitas, bílis, corazones y demás guarraditas varias. Trocear los higaditos e ir echándolos a un bol grande donde habréis puesto un buen chorreón de Canasta Cream y la ralladura de un cuarto (aprox.) de una nuez moscada.
Seguimos: Picamos la mitad de las cebollas y media hoja del laurel (muy picadito). Reservamos las otras dos mitades enteras.
Ponemos la tartera o sartén al fuego y echamos unas tres cuartas partes de la mantequilla para que se derrita, cuidando que no se queme, entonces echamos la cebolla picada y el laurel picadito. Dejamos que se haga despacio, algo más de cinco minutos.
Escurrimos los higaditos que teníamos macerando y los echamos a la sartén y les añadimos la mitad de la cebolla y la media hoja de laurel, enteras, que teníamos reservadas. Tapamos y dejamos que se cocine a fuego lento, unos 30 minutos. A media cocción le añadiremos la sal, la pimenta y un buen chorreón de Canasta Cream a nuestro gusto y removemos de vez en cuando para que se hagan por igual.
Ahora es el momento de reponer el gintonic (si hiciera falta)
Sacamos las trufas de los botecitos y les quitamos la cascarilla dura que tienen y las picamos muy picaditas. El liquidillo que queda en los botes lo reservamos.
Preparamos un bol grande y la minipimer, pues los higaditos ya deben de estar hechos.
Echamos la sartenada al bol y le añadimos la terrina de queso (sólo el queso, claro). Removemos y trituramos con la minipimer hasta conseguir una pasta espesa a la que le pondremos un buen chorreón de Torres 5, las trufas picaditas y el liquidillo de los botes. Rectificamos de sal si fuera necesario. No debe quedar muy salado, pues durante las 24 horas de reposo gana en sabor.
En un cazo ponemos el resto de la mantequilla a derretir.
Preparamos dos o tres recipientes a los que bañaremos con la mantequilla derretida, reservando la suficiente para despues de rellenarlos con el paté cubrirlo para que no se oscurezca. Los tapamos con papel film y los metemos en la nevera.
Si tienes preparadas unas rebanaditas de pan, los restos que queden del pate en el bol e incluso en al minipimer, pues ya sabes lo que puedes hacer.
¡Hála! ¡A disfrutar!

sábado, 21 de febrero de 2009

sábado, 3 de enero de 2009

Digo. Dije: Ellas dicen















Corraleras sevillanas.
Mujeres cantando
y bailando.
Mundo aparte son.
A los hombres vedado.
Para éllos, sin comparación.
En una sola, éllas se convierten
Se entrecruzan, se cambian.
El turno se lo pasan unas a otras
sin transición aparente.
Tienen su propio guión
que hacen surgir sin más
Así, de repente
Energía girando
Energía creando
Varón, en ese círculo
no intentes entrar
o como una peonza
despedido serás
Para cuando termines de girar
ellas, todavía, reirán
De tí, se reirán
y como un perrillo remojao
con las orejas gachas
y el rabo entre las patas
saldrás.
Guau! Guauuu!
Lo volverás a intentar
y por una sóla de sus caricias
llorarás
Ay!
Las magas embrujan
Mientras bailan,
tu, a sus pies,
aguerrido guerrero,
el turno esperarás.
Digo, dije,
éllas dicen:
"Perrillo, que guapo eres!"
"Ven" "A mi regazo, ven"
"Ay!" Digo: "Guauuu!"