domingo, 1 de marzo de 2009

Paté de higaditos de la abuela Isaurita















Este paté lo hago sólo una vez al año, para la comida del día de Navidad. Era el que hacía mi madre para ese día, desde el año 1966 (circa), hasta que murió en 1988 (un mes antes de morir su marido). Ese primer año sin élla, sin éllos (¡ay!), cada hijo (somos siete), preparó uno de los platos o aperitivos de la comida de Navidad, a mi me tocó el paté, pues tenía la receta que élla misma me había dado tiempo atrás y, que por cierto, me pedía los últimos años, pues decía que no la recordaba bien. -¡Pero mamá, si es tu receta! -¡Ya, hijo, pero no me acuerdo!
Y así hemos seguido haciéndolo año tras año. Diréis, entonces, porqué no lo llamo "el paté de mamá", pues porqué 21 años después de seguir con la tradición, los primeros que no me perdonarían si dejara de hacerlo serían sus nietos, 16(!).
Así que, aquí va la receta, pues seguro que alguno querrá seguir con la tradición (¡¡¡Cuándo le toque. ¿Vale?!!!)
Receta del paté de higaditos de la abuela Isaurita para la comida de Navidad
(Cómo para unos treinta)
Ingredientes:
2 kilos de higaditos de pollo
Una cebolla grande o dos medianas
Una terrina de queso semicurado marca President
Una hoja de laurel
250 gramos de mantequilla (algo más)
8 trufas negras(cuatro botecitos)
Canasta Cream
Torres 5
Sal
Pimienta negra
Nuez moscada
Preparación:
Necesita, al menos, 24 horas de nevera, es decir, prepararlo la mañana del día de Nochebuena, como muy tarde.
Primero: Todos los ingredientes en la mesa de la cocina para que no se olvide ninguno.
Segundo: Una tartera grande o una sartén muy grande. Minipimer. Recipientes varios.
Tercero: y esto es lo peor. ¡Hay qué limpiar los higaditos!
Para ésto es esencial: Buena música de fondo. Un gintonic o similar para el cocinero. Mucha paciencia.
Con unas buenas tijeras de cocina quitar telillas, venitas, bílis, corazones y demás guarraditas varias. Trocear los higaditos e ir echándolos a un bol grande donde habréis puesto un buen chorreón de Canasta Cream y la ralladura de un cuarto (aprox.) de una nuez moscada.
Seguimos: Picamos la mitad de las cebollas y media hoja del laurel (muy picadito). Reservamos las otras dos mitades enteras.
Ponemos la tartera o sartén al fuego y echamos unas tres cuartas partes de la mantequilla para que se derrita, cuidando que no se queme, entonces echamos la cebolla picada y el laurel picadito. Dejamos que se haga despacio, algo más de cinco minutos.
Escurrimos los higaditos que teníamos macerando y los echamos a la sartén y les añadimos la mitad de la cebolla y la media hoja de laurel, enteras, que teníamos reservadas. Tapamos y dejamos que se cocine a fuego lento, unos 30 minutos. A media cocción le añadiremos la sal, la pimenta y un buen chorreón de Canasta Cream a nuestro gusto y removemos de vez en cuando para que se hagan por igual.
Ahora es el momento de reponer el gintonic (si hiciera falta)
Sacamos las trufas de los botecitos y les quitamos la cascarilla dura que tienen y las picamos muy picaditas. El liquidillo que queda en los botes lo reservamos.
Preparamos un bol grande y la minipimer, pues los higaditos ya deben de estar hechos.
Echamos la sartenada al bol y le añadimos la terrina de queso (sólo el queso, claro). Removemos y trituramos con la minipimer hasta conseguir una pasta espesa a la que le pondremos un buen chorreón de Torres 5, las trufas picaditas y el liquidillo de los botes. Rectificamos de sal si fuera necesario. No debe quedar muy salado, pues durante las 24 horas de reposo gana en sabor.
En un cazo ponemos el resto de la mantequilla a derretir.
Preparamos dos o tres recipientes a los que bañaremos con la mantequilla derretida, reservando la suficiente para despues de rellenarlos con el paté cubrirlo para que no se oscurezca. Los tapamos con papel film y los metemos en la nevera.
Si tienes preparadas unas rebanaditas de pan, los restos que queden del pate en el bol e incluso en al minipimer, pues ya sabes lo que puedes hacer.
¡Hála! ¡A disfrutar!